Concierto 21 – Guy Braunstein y Lars Vogt: sonatas para violín y piano K 303/293c, K 379/373a y K 454

 

 

 

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

 

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

 

Concierto No. 21

Teatro Estudio

Jueves 2 de abril de 2015, 18:30

 

Guy Braunstein, violín, Israel
Lars Vogt, piano, Alemania

 

Sonata para violín y piano No. 20 en Do mayor, K 303/293c (1778)

I. Adagio – Allegro Molto – Adagio

II. Tempo di Menuetto

 

Sonata para violín y piano No. 27 en Sol mayor, K 379/373a (1781)

I. Adagio – Allegro

II. Andantino Cantabile [Theme and Variations]

III. Allegretto

 

Sonata para violín y piano No. 32 en Si bemol mayor, K 454 (1784)

I. Largo – Allegro

II. Andante

III. Allegretto

 

Mozart tenía 21 años cuando partió hacia París acompañado por su madre. Este fue su primer viaje sin su padre, uno que estaría marcado por una tremenda tensión puesto que a todas luces Anna Maria tuvo la misión que le encargó Leopold de vigilar al joven de 21 años para asegurarse de que no se descarriara. En ruta hacia París, pasaron por Mannheim, donde la familia Mozart tenía amigos y en donde se desarrollaba una importante actividad musical. La madre murió en París y Mozart no se encontraba a su lado cuando sucedió, lo que debió pesar en el ánimo del compositor quien había tenido dificultades soportando las intromisiones de ella y por consiguiente el hijo hacía lo posible por evadir su compañía. Anna Maria pasó mucho tiempo sola y encerrada en París y esto seguramente golpeó de rebote a su hijo durante el duelo. En vista de no haber conseguido trabajo en París, tomó el camino de regreso a Salzburgo y nuevamente pasó por Mannheim en donde la influencia del compositor Joseph Schuster de Dresde era grande. Allí escribió unas sonatas para violín y piano que los biógrafos fueron interpretadas por Mozart en el violín, instrumento que igualmente lo era de su padre, también maestro y autor de un libro de instrucción para aprendices de violín. Leopold insistió a Mozart en más de una ocasión en que se concentrara más mientras tocaba el violín y en que no dudara de los elogios que recibía al terminar una ejecución con ese instrumento, pues el padre juzgaba que Mozart tenía el más bello sonido de Europa en el violín. No obstante, las sonatas para violín y piano de Mannheim fueron valoradas con dureza hasta hace muy poco por haber sido compuestas con demasiado apego a la influencia de Schuster. Por el contrario, Mozart había escrito a su hermana en Salzburgo acompañando el envío de unas piezas para violín y piano que había estado ejecutando en Mannheim y le manifestó su deseo de componer algunas en el mismo estilo. Esto no es negativo, como lo apreciaron muchos comentaristas. Pues en París, Mozart compuso al gusto de la ciudad y en Mannheim, hizo otro tanto en un despliegue de facilidad para comprender el gusto local y de componer siguiendo las líneas que otros compositores habían trazado. Un cierto tipo de forma sonata aplicado al K 303, presenta en el primer movimiento una introducción que haría las veces del primer tema y en la recapitulación vuelve a presentar esa introducción. Siguiendo el gusto de Mannheim, Mozart presenta rupturas en el ritmo y disonancias más por exhibir sus posibilidades de emplearlas que como una expresión de sus habilidades.

A punto de comenzar la primavera de 1781, Mozart se encontraba en Munich donde había viajado en licencia de su empleador de Salzburgo para presentar su ópera Idomeneo. El príncipe-arzobispo Colloredo viajó a Viena con sus músicos y otros sirvientes y ordenó a su servidor Mozart que se trasladara allí. Para entretener a su padre, Colloredo ordenó a Mozart que compusiera algo para violín y piano, lo que según la correspondencia a Leopold, Mozart consiguió en pocas horas. La parte de violín, para ser ejecutada por Antonio Brunetti, el primer violín del establecimiento musical de Colloredo y el piano, por Mozart. En la sonata K 379 se encuentra un agradable balance entre los dos instrumentos, incluso cuando no tocan al tiempo, sino que se alternan para hacer sus solos melodiosos. Algunos analistas querrían ver en esta obra una estructuración formal más sólida en cuanto al empleo de los moldes de la sonata. En cambio, encuentran, sin restar méritos al sonido, procedimientos de composición como una larga introducción, lenta y de carácter dulce que le otorga peso y busca balancear el primer movimiento que de otro modo tendría toda la carga hacia el final sin mucha sustancia para comenzar. Lo opuesto ocurre al final del tercer movimiento en el que las el tema seguido de sus variaciones va ganando energía y de repente se queda sin fuerzas y concluye la pieza. Todo esto, no obstante tratarse de una obra en que se suceden segmentos de enorme belleza expresiva y melódica.

Mozart tenía 28 cuando compuso y estrenó al piano en Viena su sonata K 454 al lado de la violinista Regina Strinasacchi, una prodigiosa instrumentista que rondaría los 19 a 23 años. Esto parece motivo suficiente para que la obra le otorgue al violín una parte mucho más importante, mejor balanceada y de mayor realce frente a un piano hermosamente escrito que en ocasiones y con modestia y discreción acompaña al violín. La pieza inicia de manera lenta a cargo de ambos instrumentos que luego encaran el allegro que sigue dentro del movimiento en el que las partes de alternan en una especie de propuesta y respuesta sucesivas. En el movimiento lento que sigue, es claro que Mozart le otorgó realce al violín que se luce sin demasiados fuegos pero sí de una manera que revela bien el conocimiento que Mozart tenía tanto de las posibilidades del instrumento como de lo que la Strinasacchi podía lograr cuando se le requería hacerlo cantar. El allegretto del movimiento final sigue destacando la importancia de la parte del violín que al final debe hacer despliegue de virtuosismo.

 

Guy Braunstein, violín (Israel)

Braunstein comenzó sus estudios de violín a los 7 años de edad. Sus primeros maestros fueron Chaim Taub en Israel y luego Glenn Dicterow y Pinchas Zuckerman en los Estados Unidos. Como era de esperarse desarrolló una carrera orientada hacia el violín solista y como músico de cámara lo hizo con el  Cuarteto Huberman. La Filarmónica de Berlín lo eligió por unanimidad como primer violín concertino, posición que Braunstein asumió en 2000. Ya había tocado con la orquesta, como solista, con la batuta de Claudio Abbado y luego la de Simon Rattle. Desde su nueva posición en la orquesta, lo hizo con el director Semyon Bychkov. Entre 2003 y 2007 enseñó en la Universidad de las Artes de Berlín. En 2011 consiguió restablecer el Festival de Rolandseck en Alemania, que dirige desde entonces. En 2013 Braunstein retomó su carrera solista y se despidió de la Filarmónica.

 

Lars Vogt, piano (Alemania)

Vogt se ha presentado con agrupaciones como la del Concertgebouw de Ámsterdam, las Filarmónicas de Berlín, Viena, Nueva York y Londres, las Sinfónicas de Boston, NHK de Tokio, de Londres, la Alemana de Berlín, las de las Radios Bávara y de Frankfurt, Staatskapelle Dresden, la de la Gewandhaus de Leipzig y con la Orquesta de París. Ha actuado en numerosas ocasiones en los Proms de la BBC, en la Semana Mozart de Salzburgo, con la Filarmónica de Viena dirigida por Christoph Eschenbach y con la Orquesta de Cámara Mahler dirigida por Daniel Harding, entre otras. En su trabajo como solista ha colaborado con directores entre los que se cuentan Simon Rattle, Mariss Jansons, Claudio Abbado y Andris Nelsons. Para la temporada 2003 – 2004 fue elegido pianista residente de la Filarmónica de Berlín, el primero en la historia. En su repertorio se encuentran las obras clásicas de Mozart, Beethoven, Schumann y Brahms, así como las románticas de Grieg, Tchaikovsky y Rachmaninov y el más contemporáneo concierto de Lutoslawski. Para Vogt es cada vez más frecuente su trabajo como director de orquesta y como solista/director desde el teclado. Para esta temporada 2015 – 2016 asumirá la dirección artística de la Royal Northern Sinfonia en Inglaterra. Vogt ha grabado mas de 20 CDs para EMI que incluyen obras de Brahms, Prokofiev, Berg, Shostakovich, Hindemith, Poulenc, Dvorak, Mendelssohn, Schubert, Beethoven, Schumann, Elgar, Smetana, Ravel y Watkins. Entre ellos se encuentran grabaciones realizadas durante el curso del festival que él fundó en el pueblo de Heimbach, próximo a Colonia, registros realizados en compañía de destacados intérpretes que asisten al festival. Adicionalmente, Vogt ha grabado para los sellos Berlin Classics, Ondine y Virgin Classics.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org