Lecciones más allá de los elogios «Esther Forero, la caminadora»

 

Recomendación para que lean el libro de Daniella Cura titulado «Esther Forero, la caminadora. La resistencia de una mujer en la música colombiana». Artimaña editorial, 2019.

 

El reto para quienes investigan la vida de Esther Forero es mucho mayor desde diciembre de 2019 cuando Daniella Cura presentó su estudio sobre la cantante, intérprete, compositora y folclorista colombiana. El nombre de Forero está atado al de Barranquilla, representado especialmente en el resurgimiento de la fiesta de guacherna, unos combos populares que son el corazón del carnaval de la costa Caribe colombiana en la versión que ocurre en Barranquilla.

Daniella aclara que su libro sobre Esther Forero contiene información biográfica necesaria en el interés de rastrear la compleja pluralidad de esta mujer controversial y difícil de entender, pero no es una biografía. Para comprender y plantear a Esther Forero, Daniella aplica la musicología feminista y los estudios de género.

El texto se deja leer con facilidad y produce mucha avidez por seguir adelante, por saber qué viene, qué nuevos retos sobrevinieron a Forero y cómo los fue enfrentando para crecer cada vez más sobre las adversidades que encaró. Allí es donde entra Daniella para interponer unos elementos de análisis que nos caen especialmente bien a los lectores, particularmente a los varones. Daniella nos presta el servicio de introducirnos a conceptos básicos y elementales de la musicología feminista, una exigencia elevada, aunque planteada sin complicaciones. Puesto de otro modo, nos da unas lecciones de feminismo que hasta los hombres estaríamos en capacidad de comprender.

El libro tiene numerosos puntos a favor, pero quiero concentrarme en esto. Es verdad que disfruté todo el libro, canté cada una de las canciones, recibí información que desconocía sobre Esther Forero en Colombia y en la cuenca del Caribe, de su paso por Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela, Panamá y más allá, por Nueva York, por ejemplo. Supe de su regreso a Colombia, su trabajo como recolectora e intérprete de la música de tradición popular en una función que Daniella equipara con la de Violeta Parra en Chile. Me encontré con nombres muy reconocidos de compositores, arreglistas y directores de orquesta que resultan familiares en la música del Caribe en las décadas que van de 1940 en adelante. Seguí con gusto cada una de las sorpresas que presenta el incesante crecimiento de Forero y, sobre todo, espero haber comenzado a asimilar algo de las herramientas de género indispensables para no seguir viendo la historia, la de la música y toda, con las mismas herramientas patriarcales de siempre.

El libro de Daniella no es un catálogo de elogios. Le da sustancia a las consideraciones que deberíamos tener los hombres, insisto, no sólo ante la participación de las mujeres en la música de la que sabemos (y nos interesamos) muy poco, sino también para entender las razones detrás de esa ignorancia, del esfuerzo por invisibilizar a las mujeres que replicamos a ciegas porque, como hombres, seguimos con inercia los dictados de la cultura patriarcal de la que somos parte, practicamos y reforzamos.

Me parece que el interés biográfico sobre Esther Forero, por llamativo que pueda ser para quienes se inclinen por esta mujer tan conocida en Colombia como en todo el Caribe queda abordado con este libro. Siempre se podrá agregar más, claro y eso lo precisa Daniella. Lo que más destaco aquí es que cumple el propósito de encarar a Esther Forero en la vastedad de un contexto histórico y cultural en el que Daniella puede sorprendernos, a los hombres especialmente, trayendo a colación a otras mujeres como la mencionada Violeta Parra o las compositoras europeas Fanny Mendelsohn y Clara Wieck. Porque nos aclara que efectivamente hay retos, luchas, obstáculos que son comunes a las mujeres del siglo XIX, del XX y el XXI. Mujeres a quienes se les niega o quienes reniegan de su atrevimiento a inmiscuirse en labores de hombres: composición, investigación y recopilación de tradiciones populares, presentación de esas tradiciones en contextos urbanos, en centros distintos a su lugar de origen, de asumir la muestra de esas músicas en otros países.

Además, Daniella nos ofrece a los hombres un espejo donde mirarnos para confrontar prejuicios que parecerían ser una especie de evento natural cuando en realidad han sido una construcción cultural. Los hombres nacemos liberados de la atadura a la familia, el hogar y los hijos a los que podemos dedicar tiempo, energías y esfuerzos hasta el limite de nuestras necesidades profesionales, de nuestra imagen en comunidad, de nuestra proyección de futuro. Pero si una mujer, Esther Forero, no se ata a un solo hombre, si sus hijos tienen padres distintos, pero se crían en el hogar al que regresa Esther mientras trabaja en sus múltiples oficios, o los lleva con ella en su vida viajera, esa sola presentación remueve y conmociona las concepciones que tenemos tan arraigadas y esto lo logra de manera contundente Daniella en su libro.

«Esther Forero, la caminadora» es una delicia de lectura. Abre una ventana a un campo rico en interés: por la música del Caribe en cinco décadas desde 1940, a la presencia de Barranquilla en la vida de Forero y a ella en la de Barranquilla, a la circulación de la música en todos estos años, a un repertorio de estupendas composiciones. Va más allá y no se agota, como ocurre con tantas biografías, en el recuento de una vida. Es un libro de referencia que nos permitirá percibir los errores de una falta de formación en los estudios de género y feminismo. Porque ambas cosas atañen a las mujeres, sin duda, pero no pueden sernos ajenas a los hombres cuando se nos brinda la oportunidad de ser menos obtusos e ignorantes.

El libro se deja leer bien por todo tipo de público. Por quienes sientan inclinación hacia las cuestiones de género, por quienes no sabían que estas también les pertenecían, por quienes reniegan de ellas. No me sorprenderá encontrar reacciones de rechazo e incomprensión ante el libro y su autora. Seguramente a Daniella le lloverán insultos y le faltarán al respeto los machos de mente cerrada que se sientan amenazados en la comodidad de sus privilegios por esta otra mirada que vulnera su posición dominante nada más que por mostrarles que las mujeres tienen capacidades que no pueden negarse y hacerse invisibles. Ataques así ya han aparecido. Bajos, soterrados, mezquinos. Antes de reconocer que sus temores provienen de la debilidad de su postura, saldrán a defender con razonamientos estúpidos y abusivos unas construcciones culturales tenebrosas y frágiles. Los caballeros del feminicidio, la violencia de género, el abuso dentro y fuera del hogar se sentirán aludidos y para no reconocerlo inventarán argumentos imbéciles de una biología inexistente. Y creo que ese es otro mérito del libro de Daniella Cura. Los equivocados se descubren solos. Para otras personas, en cambio, este ejercicio incómodo pero necesario nos permite valorar este trabajo al que recurriremos con frecuencia porque que abre la puerta a una manera de entender que nos estaba haciendo harta falta. Para concluir, Daniella nos facilita el paso de aquí a una formación feminista entre los hombres, porque nos ofrece la bibliografía esencial para aprender a interpretar mejor el mundo. Un mundo mejor.

Comments

  • June 22, 2020
    Marta Milena Barrios

    Estupenda reseña, mesurada y pertinente, que deja al descubierto las intenciones íntimas de la autora y las debilidades de la cultura particularmente machista de donde emerge el libro. Felicidades!

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