Gonzalo Montes: Don Quijote un sueño imposible

 

 

Gonzalo Montes, barítono, Colombia/España
Hernán Herrera, piano, Colombia
Mónica Danilov, mezzosoparno, Colombia
Manuel Franco, tenor, Colombia

 

Teatro Estudio

Viernes 1 de abril de 2016, 20:00

 

Don Quijote un sueño imposible

 

Introducción – Textos Don Quijote

 

Cuatro canciones de Jacques Ibert (Francia, 1890-1962)

I. De partida

II. A Dulcinea

III. Del duque

IV. De la muerte de Don Quijote

 

Tres canciones de Maurice Ravel (Francia, 1875-1937)

I. Romanesca

II. Épica

III. Para beber

 

I. Texto

II. Obertura

III. Yo soy Don Quijote (Canción de la película El hombre La Mancha)

IV. Que más me da (Canción)

V. Texto y canción Dulcinea

VI. Yo soy su amigo-Textos y canción

VII. ¿Qué puede ver en mí? (Canción)

VIII. Dorado Yelmo de Mambrino

IX. El sueño imposible (Monólogo)

X. El sueño imposible (Canción de El hombre de La Mancha)

XI. Aldonza

XII. Un comadreo

XIII. Texto y Dulcinea Segunda

XIV. El sueño

XV. El sueño imposible

 

Con la llegada del cine sonoro el espectro de posibilidades para la historia del Quijote se amplió. El director austriaco de cine Georg Wilhelm Pabst (1885-1967) uno de los más audaces en su momento, capaz de aprovechar todo dispositivo técnico al alcance, de dirigir incluso a actrices o actores demasiado nerviosos o sencillamente malos, consciente de las opciones de los mercados de habla germana, inglesa y francesa, incursionó en el Quijote. Tras haber realizado otras producciones sonoras en las que la música resultaba crucial, encargó tres canciones a Ravel, uno de los sobresalientes del momento, pero a su vez, uno de quienes componía de manera más lenta. Ravel tenía la ventaja de su proximidad con España por la herencia vasca de su madre y por las temporadas pasadas en el país vasco francés. El encargo de Pabst especificaba una serenada, una canción heroica y una cómica. Ravel trabajó en una versión orquestal entre mediados de 1932 y 1934 y más tarde compuso un arreglo para piano. La voz encargada de la interpretación sería la del barítono ruso Fiodor Chaliapin y el contrato para Ravel establecía que el cantante prefería que hubiera pocas notas altas con las que el cantante no se sentía a gusto como do, re y mi bemol. La parsimonia de Ravel para componer el encargo, sumado a una situación emocional imprecisa pero molesta y a una posible dolencia física con consecuencias neurológicas hicieron que Ravel fallara en la entrega. Sin embargo, dejó compuestas las tres canciones que fueron sus últimas. La primera tiene el aire de la guajira, una alusión flamenca a ese aire caribeño, que recuerda la manera en que Emmanuel Chabrier se acercó a la música española. La segunda está basada en la recia danza vasca del zortziko y podría tener una aproximación como la de Fauré a los aires ibéricos. En la tercera, Ravel tomó elementos de la jota de un modo personal.

Ya fuera por el retraso de Ravel o porque Pabst así lo consideró desde el inicio, el compositor francés, Jacques Ibert, recibió la comisión de las obra para la película. Este era un autor reconocido pero sin las fortalezas de Ravel. Sin embargo, la película que no es un musical en el sentido hollywoodense ni una ópera para cine, incorporó las canciones compuestas por Ibert. Quizás menos impactantes que las de Ravel, no obstante resultaron eficaces dentro de la película pues a cambio del contenido español en la composición, la sugerencia ibérica a través de la instrumentación contribuyó al efecto buscado.

En 1972 apareció la película musical hollywoodense The Man of La Mancha, en adaptación de la obra de Broadway. De allí proceden varias canciones que alcanzaron fama. La más reconocida de ellas presenta al Quijote cantando a Dulcinea su propósito de alcanzar el sueño imposible.

 

Canciones de Jacques Ibert

 

Chanson du départ de Don Quichotte

Poema de Pierre de Ronsard (1524-1585)

 

 

Ce château neuf, ce nouvel edifice

Tout enrichi de marbre et de porphyre

Qu’amour bâtit château de son empire

où tout le ciel a mis son artifice,

Est un rempart, un fort contre le vice,

Où la vertueuse maîtresse se retire,

Que l’oeil regarde et que l’esprit admire

Forçant les coeurs à lui faire service.

C’est un château, fait de telle sorte

Que nul ne peut approcher de la porte

Si des grands rois il n’a sauvé sa race

Victorieux, vaillant et amoureux

Nul chevalier tant soit aventureux

Sans être tel ne peut gagner la place.

 

Canción de partida de don Quijote

 

 

 

 

Este castillo nuevo, este nuevo edificio

Todo enriquecido de mármol y de porfirio

Que el amor construyó como castillo de su imperio

Donde todo el cielo ha puesto su arte,

Es una muralla, una fortaleza contra el vicio,

Donde la virtuosa doncella se retira,

Que el ojo contempla y el espíritu admira

Forzando los corazones a servirle.

Es un castillo, hecho de tal manera

Que nadie puede acercarse a la puerta

Si de los grandes reyes no ha salvado a su raza

Victoriosa, valiente y amoroso

Ningún caballero ni que sea aventurero

Sin serlo tal puede ganar la plaza.

 

Chanson à Dulcinée

Poema de Alexandre Arnoux (1884-1973)

 

 

Un an, me dure la journée

Si je ne vois ma Dulcinée.

Mais, amour a peint son visage,

Afin d’adoucir ma langueur,

Dans la fontaine et le nuage,

Dans chaque aurore et chaque fleur.

 

Un an, me dure la journée

Si je ne vois ma Dulcinée.

Toujours proche et toujours lointaine,

Etoile de mes longs chemins.

Le vent m’apporte son haleine

Quand il passé sur les jasmins.

 

Canción a Dulcinea

 

 

 

 

Un año, me dura el día

Si yo no veo a mi Dulcinea.

Más, amor ha pintado su rostro,

A fin de ablandar mi languidez,

En la fuente y la nube,

En cada aurora y cada flor.

 

Un año, me dura el día

Si yo no veo a mi Dulcinea.

Siempre próxima y siempre lejana,

Estrella de mis largos caminos.

El vientos me trae su aliento

Cuando pasa por los jazmines.

 

 

 

Chanson du Duc

Poema de Alexandre Arnoux (1884-1973)

 

 

Je veux chanter ici la dame de mes songes

Qui m’exalte au-dessus de ce siècle de boue.

Son cœur de diamant est vierge de mensonges

La rose s’obscurcit au regard de sa joue.

 

Pour elle j’ai tenté les hautes aventures:

Mon bras a délivré la princesse en servage,

J’ai vaincu l’enchanteur, confondu les parjures

Et ployé l’univers à lui render l’hommage.

 

Dame par qui je vais, seul dessus cette terre,

Qui ne soit prisonnier de la fausse apparence,

Je soutiens contre tout chevalier téméraire

Votre éclat non pareil et votre précellence.

 

Canción del duque

 

 

 

 

Quiero cantar aquí a la dama de mis sueños

Que me exalta desde este siglo de lodo.

Su corazón de diamante está virgen de mentiras

La rosa misma se esconde a la vista de su semblante.

 

Por ella he tendido a las altas aventuras:

Mi brazo ha liberado a la princesa hecha sierva,

He vencido al encantador, expuesto a los perjuros

Y doblegado al universo para rendirla homenaje.

 

Dama por quien yo ando, solo sobre esta tierra,

Que no soy prisionero de la falsa apariencia,

Sostengo contra todo caballero temerario

Vuestro brillo sin par y vuestra preeminencia.

 

 

Chanson de la mort de Don Quichotte

Poema de Alexandre Arnoux (1884-1973)

 

 

Ne pleure pas Sancho, ne pleure pas, mon bon

Ton maître n’est pas mort, il n’est pas loin de toi

Il vit dans une île heureuse

Où tout est pur et sans mensonges

Dans l’île enfin trouvée où tu viendras un jour

Dans l’île désirée, O mon ami Sancho!

Les livres sont brûlés et font un tas de cendres.

Si tous les livres m’ont tué il suffit d’un pour que je vive

Fantôme dans la vie, et réel dans la mort

Tel est l’étrange sort du pauvre Don Quichotte.

 

Canción de la muerte de don Quijote

 

 

 

 

No llores Sancho, no llores mi bueno

Tu amo no ha muerto, no está lejos de ti

Vive en una isla dichosa

Donde todo es puro y sin mentiras

En la isla al fin hallada donde tu vendrás un día

En la isla añorada, Oh mi amigo Sancho!

Los libros quemados hacen un poco de ceniza.

Si todos los libros me han matado basta uno para que yo viva

Fantasma en vida y real en la muerte

Tal es la extraña suerte del pobre don Quijote.

 

 

 

 

 

 

 

Canciones de Maurice Ravel
poemas de Paul Morand (Francia, 1888-1976)

 

Chanson romanesque

 

Si vous me disiez que la Terre

A tant tourner vous offensa,

Je lui dépêcherais Pança :

Vous la verriez fixe et se taire.

Si vous me disiez que l’ennui

Vous vient du ciel trop fleuri d’astres,

Déchirant les divins cadastres,

Je faucherais d’un coup la nuit.

Si vous me disiez que l’espace

Ainsi vidé ne vous plaît point,

Chevalier Dieu, la lance au poing,

J’étoilerais le vent qui passe.

Mais si vous disiez que mon sang

Est plus à moi qu’à vous ma Dame,

Je blêmirais dessous le blâme

Et je mourrais vous bénissant.

Ô Dulcinée…

 

Canción romanesca

 

Si tu me dijeras que la tierra

Al girar te ofendiera,

Te enviaría a Panza:

Así la verías fija y muda.

Si tu me dijeras que el aburrimiento

Te viene del cielo ta florido de astros,

Quebrantando las divinas ordenanzas,

Yo borraría de un golpe la noche.

Si tu me dijeras que el espacio

Así vacío no te gusta nada,

Caballero bendito, lanza en ristre,

Llenaría de estrellas el viento que pasa.

Pero si dijeras que mi sangre

Es más mía que tuya mi dama,

Palidecería bajo la reprimenda

Y moriría bendiciéndote.

Oh, Dulcinea.

Chanson épique

 

Bon Saint Michel qui me donnez loisir

De voir ma Dame et de l’entendre,

Bon Saint Michel qui me daignez choisir

Pour lui complaire et la défendre,

Bon Saint Michel veuillez descendre

Avec Saint Georges sur l’autel

De la Madone au bleu mantel.

D’un rayon du ciel bénissez ma lame

Et son égale en pureté

Et son égale en piété

Comme en pudeur et chasteté:

Ma Dame.

Ô grands Saint Georges et Saint Michel,

L’ange qui veille sur ma veille,

Ma douce Dame si pareille

A Vous, Madone au bleu mantel !

Amen.

 

Canción épica

 

Buen San Miguel que me das libertad

De ver a mi dama y de escucharla,

Buen San Miguel que te dignas escogerme

Para complacerla y defenderla,

Buen San Miguel os plazca descender

Con San Jorge sobre el altar

Con la Vírgen del azul manto.

Con un rayo del cielo bendice mi espada

Y a su igual en pureza

Y a su igual en piedad

Tanto en pudor como en castidad:

Mi dama.

Oh, grandes San Jorge y San Miguel,

El ángel que guarda mi vigilia,

A mi dulce dama tan parecida

A ti, Vírgen del azul manto.

Amen.

Chanson à boire

 

Foin du bâtard, illustre Dame,

Qui pour me perdre à vos doux yeux

Dit que l’amour et le vin vieux

Mettent en deuil mon cœur, mon âme !

Je bois à la joie !

La joie est le seul but

Où je vais droit…

Lorsque j’ai bu !

A la joie, à la joie !

Je bois à la joie !

Foin du jaloux, brune maîtresse,

Qui geint, qui pleure et fait serment

D’être toujours ce pâle amant

Qui met de l’eau dans son ivresse !

Je bois à la joie !

La joie est le seul but

Où je vais droit…

Lorsque j’ai bu !

A la joie! A la joie !

Je bois à la joie !

 

Canción para beber

 

Un higo para el bastardo, ilustre dama,

Que me deshonraría frente a tus ojos

Dice que el amor y el vino añejo

Traen duelo a mi corazón, alma mía

Bebo a la dicha

La dicha es el solo fin

Al que voy derecho…

Cuando haya bebido!

A la dicha, a la dicha!

Bebo a la dicha!

Un higo para el celoso, bruno señorito,

Que se queja, llora y alega

De ser siempre este pálido amante!

Que pone agua en su ebriedad!

Yo bebo a la dicha!

La dicha es el solo fin

Al que voy derecho…

Cuando haya bebido!

A la dicha, a la dicha!

Yo bebo a la dicha!

 

Dos canciones del musical El hombre de La Mancha

I, Don Quixote

Hear me now
Oh thou bleak and unbearable world,
Thou art base and debauched as can be;
And a knight with his banners all bravely unfurled
Now hurls down his gauntlet to thee!
I am I, Don Quixote,
The Lord of La Mancha,
My destiny calls and I go,
And the wild winds of fortune
Will carry me onward,
Oh whithersoever they blow.
Whithersoever they blow,
Onward to glory I go!

Sancho Panza
I’m Sancho! Yes, I’m Sancho!
I’ll follow my master till the end.
I’ll tell all the world proudly
I’m his squire! I’m his friend!

DON QUIXOTE
Hear me, heathens and wizards
And serpents of sin!
All your dastardly doings are past,
For a holy endeavor is now to begin
And virtue shall triumph at last!

Yo, don Quijote

 

Escuchádme

Oh tu, desolado e insoportable mundo,

Eres bajo y perverso al extremo;

Y un caballero con sus estandartes con bravura desplegados

 

Os enrostra una bofetada!

Soy don Quijote

Señor de La Mancha

Mi destino me llama y acudo,

Y los agitados vientos de la fortuna

Me llevaran a cabo,

Oh, dondequiera que soplen

Dondequiera que soplen,

Adelante a la gloria yo voy!

 

Sancho

Yo soy Sancho! Si, soy Sancho!

Seguiré a mi amo hasta el fin.

Contaré a todo el mundo con orgullo

Que soy su escudero! Soy su amigo!

 

Don Quijote

Escuchádme, paganos y adivinos

Y serpientes del pecado!

Todos vuestros ruines hechos son del pasado,

Y la virtud triunfará al fin

 

 

The Impossible Dream

 

To dream … the impossible dream …

To fight … the unbeatable foe …

To bear … with unbearable sorrow …

To run … where the brave dare not go …

To right … the unrightable wrong …

To love … pure and chaste from afar …

To try … when your arms are too weary …

To reach … the unreachable star …

 

This is my quest, to follow that star …

No matter how hopeless, no matter how far …

To fight for the right, without question or pause …

To be willing to march into Hell, for a Heavenly cause …

 

And I know if I’ll only be true, to this glorious quest,

That my heart will lie will lie peaceful and calm,

when I’m laid to my rest …

And the world will be better for this:

That one man, scorned and covered with scars,

Still strove, with his last ounce of courage,

To reach … the unreachable star …

El sueño imposible

 

Soñar, el sueño imposible

Luchar, al invencible enemigo

Soportar, con insufrible tristeza

Correr, donde los bravos no se atreven

 

Reparar, el daño irreparable

Amar, puro y casto a la distancia

Esforzar, cuando los brazos están exhaustos

Alcanzar, la estrella inalcanzable

 

Esta es mi causa, seguir aquella estrella…

No importa cuán sin esperanza, no importa cuán lejos…

Luchar por el bien, sin duda y sin pausa…

Dispuesto a marchar a los infiernos, por una causa celestial…

 

Y se que si me mantengo fiel, a esta gloriosa causa,

Que mi corazón yacerá en paz y con calma,

Cuando descanse en paz…

Y el mundo será mejor por esto:

Que un hombre, deseñado y cubierto de cicatrices,

Aún se empeñó, con su último poco de coraje en

Alcanzar, la estrella inalcanzable…

 

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org