Concierto 3 – OFB, Francesco Belli y solistas K 366, K 488, K 364 y K 385

 

 

 

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

 

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

 

Concierto No. 3

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
Miércoles 1 de abril de 2015, 20:30

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá

Director: Francesco belli, Italia

Solistas: Jasminka Stancul, piano, Serbia

Guy Braunstein, violín, Israel

Ori Kam, viola, Estados Unidos

 

Obertura de la ópera Idomeneo K 366 (1781)

 

Concierto para piano No. 23 en La mayor, K 488 (1784-86)

I. Allegro

II. Adagio

III. Allegro assai

 

Sinfonía Concertante para violín y viola en Mi bemol mayor, K 364/320d (1779)

I. Allegro maestoso

II. Andante

III. Presto

 

Sinfonía No. 35 “Haffner” en Re mayor K 385 (1782)

I. Allegro con spirito, 4/4

II. Andante, 2/4

III. Menuetto, 3/4

IV. Presto, 2/2

 

Idomeneo es la primera ópera de la madurez de Mozart lo que implica diversos aspectos para su acercamiento. La música es magnífica, como corresponde a un encargo hecho por el príncipe elector de Munich quien eligió un texto en italiano, el idioma favorito de las cortes germanas para el teatro en música. La obra, no obstante cumplir cuidadosamente con los requisitos de la ópera seria italiana en cuanto al manejo de las voces y la presentación del drama, contiene un elemento que los estudiosos destacan como específicamente alemán y que hace de Idomeneo la obra cumbre en estilo particularmente germano del romanticismo alemán conocido como Sturm und Drang. Aquí, además de la apasionante escena del naufragio, tan característica del estilo, Mozart uso mucho del recitativo con acompañamiento de orquesta que le brinda tanto dramatismo y emocionalidad a la obra. La obertura, que es apenas una brevísima muestra de la ópera, contiene la potencia de la que es era capaz el compositor.

El concierto para piano No. 23 posiblemente lo estrenó el compositor dirigiendo la orquesta de cámara colocada alrededor del piano que él mismo habría ejecutado. El primer movimiento en forma sonata comienza con la orquesta presentando el primero de los dos temas, antes de que el piano se haga presente para volverlo a plantear, pero, esta vez, con elaboraciones en torno a la ornamentación que la orquesta no tenía asignadas. Y antes de que termine esta intervención del piano, el instrumento se encarga de presentar el segundo de los dos temas del movimiento, todo él, bastante alegre y mozartianamente bien ritmado en diálogos ágiles entre el conjunto y el solista. Al pasar al segundo movimiento, todo el peso dramático de la obra se hace evidente en unos los más famosos fragmentos de toda la obra de Mozart, que ha sido en tantas ocasiones como música de fondo, que es imposible no reconocerlo. Se trata además de uno de los más escasos ejemplos de movimientos en tonalidad menor de todo el catálogo de Mozart, lo que algunos han querido entender como reflejo de los momentos de tensión y contradicciones por los que pasaba el compositor. El breve último movimiento estructurado como un rondó, con sus presentaciones escuetas de motivos musicales que vuelven al final del movimiento, trae de regreso esa alegría característica del Mozart que no se dejó apabullar en el año del trabajoso estreno de sus Bodas de Fígaro. El autor hizo una destacada presentación del pianoforte que le gustaba promocionar y jugó con éste y los clarinetes, su otro instrumento promocionado, en unas relaciones muy agradables de seguir. La obra fue escrita para una orquesta compacta con una sección de arcos básica, una flauta, dos clarinetes, dos fagotes y dos cornos, lo que le permite al conjunto entenderse con facilidad y moverse con agilidad.

Mozart también concibió un formato orquestal pequeño para su Sinfonía Concertante, aunque con particularidades que sacan provecho del género híbrido en que se halla esta obra, puesto que tiene dos solistas dialogando con la orquesta y entre ellos, una concepción sinfónica que se expresa en la sólida concepción musical del conjunto que incorpora o alterna a los solistas, una sección de violas dividida para darle una mayor riqueza al color y la textura de la obra y, en los instrumentos de la época de su compositor que difieren ligeramente de los instrumentos modernos y por consiguiente en ciertas calidades de su sonido, Mozart hizo que la viola solista se afinara un poco por encima de lo que es habitual, con lo que logra separarla del conjunto de sus compañeras y destacarla más al lado del violín solista. La orquesta original no tenía más que a los solistas, las cuerdas, dos oboes y dos cornos. El compositor la termino mientras estaba aún al servicio de la corte de Salzburgo, pero en gira entre París y Mannheim con su vida musical y su gusto mucho más cercano a las ambiciones y las capacidades de Mozart.

La Concertante es una obra que marca una diferencia categórica con los conciertos y sinfonías que le anteceden y es la puerta de entrada a las que escribió en su madurez cuando sus recursos permiten identificarlas sin referencias tan directas a lo que el gusto demandaba en determinadas cortes o ciudades europeas. Esta sinfonía no. 35 suele identificarse con el nombre de la familia Haffner de la que los Mozart eran amigos y habían recibido apoyo económico y social para sus viajes fuera de Salzburgo. El año de su composición, el autor se encontraba viviendo en Viena, disfrutando de gran acogida y sobrecargado de trabajo, cuando recibió de su padre la misión de escribir una serenata para el acto de acceso a la nobleza de Sigmund Haffner. Al parecer, cumplió el encargo con dificultad y posiblemente tarde. Pero más tarde en el año retomó la partitura que encontró agradable y llena de méritos y la convirtió en una sinfonía al suprimirle algunos fragmentos y mejorar la textura con el agregado de flautas y clarinetes para los movimientos 1 y 3. El resultado es una de las tres sinfonías más destacadas en todo el catálogo de Mozart.

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá (Colombia)

La OFB dio su primer concierto en el Teatro Colón, bajo la batuta de Melvin Strauss, con la participación del violinista Frank Preuss y de la soprano Julia Ballesteros como solistas. Esta querida institución de los bogotanos celebra 48 años de existencia en 2015 y está conformada por 96 músicos dirigidos por su titular, Ligia Amadio. La OFB mantiene una larga asociación con el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional donde estableció un sólido vínculo con su público. La OFB se distingue porque busca a todos los públicos en todas las localidades de la ciudad, sin esperar a que los ciudadanos lleguen hasta ella. A su trabajo con obras del repertorio clásico y romántico se agregan composiciones del siglo XX y contemporáneas. La Orquesta se mantiene en plena vigencia gracias a su permanente divulgación de la música de compositores colombianos y latinoamericanos y a las numerosas grabaciones que ha hecho. La lista de sus directores incluye a Dimitar Manolov, Francisco Rettig, Carmen Moral y a los colombianos Eduardo Carrizosa y Ricardo Jaramillo González. Además de su labor didáctica y de formación de músicos en edad escolar, ha hecho giras internacionales que la han llevado hasta China, Rusia e Italia. En su programa Mestizajes, ha dado conciertos con arreglos sinfónicos en participación con el Cholo Valderrama, Andrea Echeverri, Totó la momposina, Bahía Trío, Choquibtown, los Gaiteros de San Jacinto, Puerto Candelaria y Jorge Velosa con los Carrangueros. También presentó un programa sinfónico con Kraken. Desde 2014 su programación enfatiza los montajes de obras del Siglo XX y del presente.

 

Guy Braunstein, violín (Israel)

Braunstein comenzó sus estudios de violín a los 7 años de edad. Sus primeros maestros fueron Chaim Taub en Israel y luego Glenn Dicterow y Pinchas Zuckerman en los Estados Unidos. Como era de esperarse desarrolló una carrera orientada hacia el violín solista y como músico de cámara lo hizo con el  Cuarteto Huberman. La Filarmónica de Berlín lo eligió por unanimidad como primer violín concertino, posición que Braunstein asumió en 2000. Ya había tocado con la orquesta, como solista, con la batuta de Claudio Abbado y luego la de Simon Rattle. Desde su nueva posición en la orquesta, lo hizo con el director Semyon Bychkov. Entre 2003 y 2007 enseñó en la Universidad de las Artes de Berlín. En 2011 consiguió restablecer el Festival de Rolandseck en Alemania, que dirige desde entonces. En 2013 Braunstein retomó su carrera solista y se despidió de la Filarmónica.

 

Jasminka Stancul, piano (Serbia)

Sus primeros estudios de piano los inició en Serbia y los continuó en la Escuela de Altos Estudios Musicales de Viena. Tras triunfar en el Concurso Beethoven en 1989 inició una intensa actividad de conciertos. Ha colaborado con orquestas como la Sinfónica de Berlín, la Filarmónica de Lieja, la Bruckner de Linz, Filarmónica de Los Ángeles y la de Luxemburgo, la Orquesta de París y la Sinfónica de Pittsburgh, entre otras. Su trabajo como solista la ha llevado a trabajar al lado de directores como Serge Baudo, Gustav Kuhn, Fabio Luisi, Lorin Maazel, Ari Rasilainen, Esa-Pekka Salonen, Alexander Sanderling, Jukka-Pekka Saraste, Ulf Schirmer y Horst Stein, para mencionar unos pocos. En el campo de la música de cámara, hace parte del Wiener Streichquartett y del Wiener Brahms Trio. Participa en destacados festivales europeos como los de Besançon, Bratislava, Montpellier, Salzburgo y el Maggio Musicale Fiorentino, entre otros. Su amplio repertorio incluye todos los conciertos con piano de Beethoven y de Mendelssohn así como los tríos de Schubert. Participó en el estreno mundial de la Fantasía para Piano y Orquesta de Franz Schmidt con la Sinfónica de Viena. En 2013 debutó frente a la Filarmónica de Qatar y se presentó por vez primera con la Filarmónica Real en el Royal Festival Hall de Londres con la dirección de Daniele Gatti. También ha tocado con la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo y la Camerata Salzburg. Entre sus grabaciones más recientes se encuentran los conciertos para piano No. 1 y 5 de Beethoven y los conciertos No. 9 y 27 de Mozart, registros hechos para el sello col legno. Desde 2013 se desempeña como maestra en la Universidad Musical de Liubliana.

 

Ori Kam, viola (Estados Unidos)

A este violista criado en Israel le viene de familia el gusto por la música y por su instrumento, pues su madre es violista en la Filarmónica de Israel. Su formación musical la inició a los 6 años de edad y tomó la viola a los 15. Un año más tarde debutó frente a la Filarmónica de Israel bajo la dirección de Zubin Mehta. Continuó su formación con maestros connotados y de 1994 a 1997 en la Manhattan School of Music de Nueva York. Selló sus estudios en la Universidad de las Artes de Berlín. Allí fue miembro de la Filarmónica entre 2004 y 2006. Durante estos años tomó parte en concursos internacionales en los que consiguió los primeros lugares, como el Premio Suizo en el Concurso Internacional de Ginebra, el Paganini del Concurso Lionel Tertis y el del concurso en concierto de su escuela en Manhattan. Desde 2009 es maestro de viola en la Universidad de Ginebra. Ha tocado con la mayoría de las orquestas de Israel lo mismo que en Europa y los Estados Unidos. Ori Kam es el violista del Jerusalem String Quartet y es el fundador de la Sociedad de Música de Cámara de Israel. También fue miembro del Cuarteto Whitman. Ha tocado al lado de Isaac Stern, Itzhak Perlman, Pinchas Zukerman, Gil Shaham, Bernard Greenhouse y Emmanuel Pahud. Se ha presentado en festivales internacionales en Israel, Europa y los Estados Unidos y en 2007 grabó para el sello Berlin Classics el doble concierto de Bruch para viola y clarinete, con su hermana Sharon. El mismo sello lanzó en 2010 las Fantasías para viola sola de Telemann. Se le puede escuchar, igualmente en grabaciones de Decca y Naxos y en Harmonia Mundi con el Jerusalem String Quartet.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org