Concierto 41 – ON Rusa, Mikhail Pletnev y Sergei Krylov: obras de Glinka, Glazunov y Tchaikovsky

 

 

 

Tercera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es la Rusia Romántica, 12 al 15 de abril de 2017

 

17 escenarios en 10 localidades de la ciudad
50 conciertos, 19 compositores y 45.477 asistentes

 

Concierto No. 41

Teatro Mayor

Sábado 15 de abril de 2017, 22:30

 

Orquesta Nacional Rusa

Director: Mikhail Pletnev, Rusia

Solista: Sergei Krylov, violín, Rusia

 

Miajíl Glinka (Rusia, 1804 – Alemania, 1857)

Obertura de la ópera Ruslan y Liudmila (1837 – 1842)

 

Alexander Glazunov (Rusia, 1865 – Francia, 1936)

Concierto para violín en la menor, Op. 82 (1904)

I. Moderato

II. Andante sostenuto

III. Più animato

IV. Allegro

 

Piotr Ilich Tchaikovsky (Rusia, 1840 – 1893)

Sinfonía No. 5 en mi menor, Op. 64 (1888)

I. Andante—Allegro con anima

II. Andante cantabile con alcuna licenza

III. Valse. Allegro moderato

IV. Finale. Andante maestoso – Allegro vivace

 

Desde la obertura de Ruslan y Liudmila que fue la primera ópera en ruso escrita por un compositor ruso y para público ruso y que además sirvió de parámetro a las aspiraciones de su autor y de varios entre quienes le siguieron después para imaginar una música nacionalista rusa, hasta la muerte de Glazunov, se abarca casi por completo el arco del romanticismo musical ruso. El arranque de ese romanticismo fue tardío con relación Europa y, asimismo, duró mucho más. Los modelos musicales de Glinka fueron las óperas de Donizetti y Bellini; de hecho, el formato de Ruslan es europeo, la instrumentación, también, la armonía, igualmente y solo el tema y el idioma son rusos. Apeló a seres fantásticos y magia y, lo más importante para Rusia, los protagonistas son personajes de la tradición popular que no actúan como decorados pasajeros, sino que son el asunto mismo de la ópera.

Este cambio de óptica, además de la inclusión transitoria de algunas armonías folclóricas y de ciertos ritmos poco usuales en la música de ópera europea, sirvieron de estímulo para quienes le siguieron. Tal vez resulta difícil descubrir el nacionalismo ruso en la obertura de Glinka, a pesar de la velocidad frenética de la pieza y del uso poco ortodoxo de los timbales. Pero a los contemporáneos europeos, convencidos a pesar de la evidencia, de que Rusia era un país exótico, lejano y marginal, les seguía pareciendo que los elementos propiamente rusos eran fácilmente identificables.

Tchaikovsky quizás hizo algún aporte a ese mito con su Obertura 1812, en la que trae a colación un par de temas reconocibles para los rusos, así como el uso de timbales y campanas de iglesia, sin contar con el tronar de cañones, aunque sean simulados. La pieza fue el encargo para una conmemoración rusa y destinada al uso local, pero el compositor la dirigió fuera de Rusia en muchas oportunidades y su recepción fue entusiasta. La cita de la Marsellesa habrá colaborado a incrementar su popularidad fuera de Rusia. Cuando en enero de 1888, el compositor se reunió con el director de orquesta de Hamburgo Theodor Avé-Lallemant, recibió su respeto y admiración además de la sugerencia de que fijara su residencia en Alemania, donde se le ayudaría a deshacerse de exotismos rusos como el uso de la percusión que estaba por fuera de los cánones en Alemania. Ese mismo año, Tchaikovsky compuso su Quinta Sinfonía, dedicada al mencionado director hamburgués. Mientras la escribía, se debatió entre sentirse imposibilitado para componer, disfrutar su obra, retornar a la idea de que su tiempo ya había pasado y regresar a la convicción de que era una buena sinfonía.

Glazunov compuso su concierto para violín poco antes de que llegara a la dirección del Conservatorio de San Petersburgo. La pieza se ejecuta sin pausas entre los movimientos. El primero avanza hasta antes de que los temas se desarrollen, pues ahí se inserta el segundo movimiento. Este termina con el retorno del primer movimiento que continua con el desarrollo de temas. Enseguida vienen los dos movimientos restantes que están conectados y en uno de los cuales se distinguen las cuerdas pellizcadas con las que Glazunov podría estar emulando el sonido de las balalaikas. Por lo demás, la parte solista cuenta con numerosas ocasiones de lucimiento.

 

Orquesta Nacional Rusa

En 1990, el pianista y director Mikhail Pletnev fundó la Russian National Orchestra (RNO) como institución privada patrocinada por individuos, empresas y fundaciones de Rusia y el exterior y se convirtió en la primera orquesta privada en recibir apoyo financiero estatal de la Federación Rusa. También fue la primera orquesta rusa en presentarse tanto en el Vaticano como en Israel, y sus giras han incluido países de Europa, Asia y América. La RNO acude a festivales como los Proms de la BBC, los de Shangai y Edimburgo. Es la encargada de abrir la temporada musical de su propio Gran Festival. Los conciertos de la RNO se transmiten por la National Public Radio (NPR) de los Estados Unidos, las emisoras de la Unión Europea y por el canal ruso Kultura. La RNO comenzó a grabar en 1991 y su catálogo supera los ochenta títulos entre los que se encuentran las sinfonías y conciertos para piano de Beethoven en Deutsche Grammophon, además de las sinfonías de Tchaikovsky y las de Shostakovich para Pentatone. La RNO fue la primera orquesta rusa en recibir un Grammy en 2004 por su grabación de las obras Pedro y el lobo de Prokofiev y Huellas de lobo del francés Jean-Pascal Beintus, dirigida por Kent Nagano y narrada, en español, por Antonio Banderas.

 

Mikhail Pletnev, director (Rusia)

Mijaíl Pletnev es hijo de músicos y desde muy temprana edad aprendió a dirigir, tocar el piano y varios instrumentos más. En su adolescencia ingresó al Conservatorio de Moscú. Se desempeñó como pianista de concierto y recitalista, y pronto se hicieron progresivamente frecuentes sus compromisos como director de orquesta, administrador de emprendimientos culturales y asesor en temas de cultura. A esta labor se suman sus composiciones, arreglos y transcripciones de piezas muy conocidas del repertorio, además de grabaciones en estudio o en vivo. Cuando apenas contaba veintiún años, ganó la medalla de oro y primer premio en el concurso Tchaikovsky de piano. Mientras la Unión Soviética terminaba de deshacerse, en 1990 Pletnev fundó la primera orquesta independiente de su país, la Orquesta Nacional de Rusia (ONR). Esto atrajo a músicos talentosos con una mentalidad innovadora en cuanto a la interpretación de las obras y la orientación de su trabajo. Pletnev sostiene que esta orquesta ha sido su dicha máxima y ahora mantiene sus responsabilidades como director tanto en lo artístico, como en calidad de director principal. Como director invitado, Pletnev actúa con frecuencia frente a orquestas como la Philharmonia de Londres, Mahler Chamber Orchestra, las Filarmónicas de Tokio y de Los Ángeles, las sinfónicas de Londres y de Birmingham y la del Concertgebouw de Ámsterdam, entre otras. En 2008 fue nombrado para desempeñarse como el primer director invitado de la Orchestra della Svizzera Italiana de Lugano. Como pianista, sus grabaciones han recibido numerosos de los más elevados premios otorgados por revistas especializadas, además de nominaciones y premios Grammy.

 

Sergei Krylov, violín (Rusia)

La madre de Serei Krylov es pianista y maestra, y su padre, un reconocido fabricante de violines. Krylov nació en Moscú, donde comenzó a estudiar violín desde los cinco años. Al año siguiente dio su primer recital público y en 1980 a los diez, se estrenó con orquesta haciendo uno de los conciertos de Bach. Poco después comenzó a presentarse con el director Pavel Kogan y la Filarmónica de Moscú con el Concierto Op. 64 de Medelssohn, con Yuri Bashmet en Souvenir de Florence de Tchaikovsky y con Saulios Sondeckis y la Orquesta de Cámara de Lituania en el Concierto No. 5 de Mozart, obra que Serguei Krylov grabó a los dieciséis años. Enseguida comenzó una carrera internacional de solista que lo llevó a diversos países como China, Polonia, Finlandia y Alemania, al tiempo que se presentaba en diversos lugares de Rusia y grababa para la radio y la televisión de su país. En 1989 ganó el Concurso Lipizer y prosiguió estudios con Salvatore Accardo. Luego salió victorioso en el Concurso Antonio Stradivari en Cremona y el Fritz Kreilser de Viena. Desde entonces, ha tocado con orquestas y directores reconocidos, en las salas más prestigiosas de todo el mundo. Además, se mantiene activo en el repertorio de cámara al lado de colegas como Yuri Bashmet, Maxim Vengerov, Nabuko Imai, David Geringas, Stefania Mormone y Enrico Dindo. Mstislav Rostropovich disfrutó de su forma de tocar y le brindó su amistad y apoyo, además de opiniones elogiosas. Algunos de los directores con quienes ha tocado son Vladimir Ashkenazy, James Judd, Yutaka Sado, Dmitri Kitayenko, Zoltan Kocsis, Ralf Gothóni, Muhai Tang, Franz Welser-Möst y Valery Gergiev. Ha grabado para Ágora, Melodya y EMI.

 

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org