Concierto 63 – Fiesta Mayor: Puerto Candelaria y La Mambanegra

 

 

 

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

 

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

 

Concierto No. 63

Lobby del Teatro Mayor

Sábado 4 de abril de 2015, 22:00

 

Puerto Candelaria
La Mambanegra

 

El Festival convocó a Mambanegra y a Puerto Candelaria para que hicieran parte de la programación. Les propuso que hicieran, a su gusto, una fiesta con Mozart. Más que acomodar algunas obras del compositor al sonido de cada agrupación, ellas presentan su forma de asimilar la música de Mozart y la ejecutan con su propio sabor.

 

Puerto Candelaria (Colombia)

Juancho Valencia (Sargento Remolacha), dirección musical y piano

Eduardo González (Bigote que canta), bajo, contrabajo y voz

José Tobón, saxo soprano y clarinete

Cristian Ríos, trombón

Carlos Didier Martínez, percusión 1

Juan Guillermo Aguilar, percusión 2

Juan Felipe Arango, manager y productor ejecutivo

Gabriel Vallejo, ingeniería de sonido

 

Desde Café Tacvba y los Cadillacs, pasando por la Billos y Gato Barbieri, las bandas de porro y fandango de las sabanas de Córdoba y Sucre y un montón de otros sonidos y sabores llega la madurez musical de Puerto Candelaria. Llevan y traen el sonido de Medellín, de Colombia y de Latinoamérica. Sus seguidores saben que se inició en el jazz de sonido colombiano, se desordenó con buena organización y van en 14 años de trabajo, cuatro CDs y un DVD con la colaboración de Madame Periné, La Ruiseñora, esteman y Callegüeso. En escena los 6 integrantes visibles, sin contar al ingeniero de sonido y al manager/productor ejecutivo, se ponen las pintas de personajes que son prototipos permanentes de lo que encontramos en nuestro medio: el cura, el político, el alcalde, el deportista, payasos de corbata… Le meten música a reconocer que en toda Latinoamérica hay elementos comunes como los conflictos permanentes por resolver y lo hacen con mucha risa. No han dejado de hacer jazz, pero se han ido cada vez más hacia lo que ellos llaman el chucu chucu underground. Para los musicólogos también tienen su montadera, porque reparten parejo y nadie se salva, ni ellos mismos. A los científicos de la música les dicen que los instrumentos con los que se arma Puerto Candelaria son cordófonos (bajo y piano), aerófonos (clarinete, trombón, voz), idiófonos (güiro), que el género es la cumbia underground y que su temática es un humor cruel mezclado con música popular colombiana, jazz contemporáneo e improvisación y que el estilo de los candelarios está formado por le chucu underground con el jazz. Para acabar de confundir la aclaración, un comentarista reseñó en la Revista Arcadia un CD de Puerto Candelaria y mencionó de pasada los siguientes ingredientes en el grupo: cumbia, rock, salsa, ska, chucu, porro pelayero, bazares de barrio, cierres de tejado, entregas de notas de colegio, comparsas públicas, tradición e improvisación, vallenato, cumbia sicodélica balcánica, raspa, sonido sabanero y andino, toque sinfónico, trabalenguas, jazz colombiano. Los candelarios dicen que ellos representan en escena una tragicomedia a sabiendas, con refuerzo de los talleres que han hecho con el grupo de teatro Matacandelas de Medellín. Estamos en Puerto Candelaria, un lugar imaginario donde caben todos.

 

La Mambanegra y El Callegüeso (Colombia)

La culebra más venenosa de África se llama mambanegra y a nuestras tierras llegaron sus leyendas con las mujeres y los hombres que vinieron forzados a trabajar a este lado del Atlántico. Muchas leyendas se sumaron a esa rica herencia cultural y cada región en dónde arraigaron esas tradiciones fue aportando personajes mortales o perdurables. El saxofonista Jacobo Vélez se marchó de Cali por más de un decenio y se vinculó al proyecto de La Mojarra Eléctrica, hasta cuando la nostalgia del Valle y las leyendas de su familia y de su entorno lo llamaron de vuelta. Recogió la historia del Callegüeso, un bisabuelo suyo, personaje que surgió del Barrio Obrero en Cali y se fue con sus cuentos, su baile y su música a recorrer el mundo. Dicen que el Callegüeso andaba siempre con una flauta negra bajo el brazo, que sería una mambanegra bajo su dominio. Cuentan que el Callegüeso nació alrededor de 1900 y que cuando se le antoja, regresa. Hay quienes lo han reconocido en Cali andando en las fiestas populares. Estará viejo, como corresponde a su edad más que centenaria, pero no deja la fiesta y no abandona los viajes. Y ahora, con su nueva banda, el músico caleño Jacobo Vélez se viste como el Callegüeso, se pone su sombrero de paja y se para frente a su agrupación La Mambanegra para disfrutar haciendo música que tiene mucho calor fiestero. Por ahí salen las ganas de hacer jazz con expresión de música del litoral pacífico colombiano, con un toque de hip hop, algo de salsa dura de la que se disfruta en Cali y toques de timba y mozambique cubanos. En medio de la gozadera, las letras critican y proponen y las canciones sacan a volar personajes de nuestra cotidianidad entre los que están quienes sugieren soluciones al lado de los chupasangres aprovechados. Mamabanegra con el Callegüeso no son ningún país imaginario. Son pura verdad gozosa.

 

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org