Les Ballets de Monte Carlo y OFB: La Cenicienta de Sergei Prokofiev

 

 

Les Ballets de Monte Carlo, Mónaco

Director: Jean Christophe Maillot

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá, Colombia

Director: Nicolas Brochot, Francia

 

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Sábado 27 de mayo de 2017, 20:00

 

 

Sergei Prokofiev (Imperio Ruso, 1891 – Unión Soviética, 1953)

Ballet La Cenicienta

 

La de Cenicienta es la historia de una joven oprimida que logra escapar de sus penas gracias a sus virtudes. Se ha contado de maneras muy diversas que pueden rastrearse hasta los documentos del geógrafo griego Estrabón de quien proviene la primera versión escrita conocida. Pero la narración es preexistente, pues el historiador recogió los detalles en un viaje a África alrededor del año 10 AEC. Los elementos básicos del cuento se encuentran con variantes en muchos lugares al este de Grecia como China, Vietnam, Corea, Filipinas e Indonesia y, hacia el oeste, desde el siglo XI en las islas británicas y luego en una oleada que arranca en Italia en el siglo XVII. La historia es recogida luego en Francia por Charles Perrault poco antes de terminar el siglo y pasa a los hermanos Grimm en el siglo XIX, con detalles que rayan en la patología del comportamiento, como la amputación de los dedos del pie que se practican las perversas hermanastras para hacer que la zapatilla abandonada por Cenicienta en la fuga del baile, calce sin éxito en sus grandes pies.

En el decenio de 1920 el filólogo ruso Alexander Propp estudió y publicó sus conclusiones sobre los cuentos populares en la Morfología del cuento. La obra precisa treinta y un elementos, y siete funciones que se hallan presentes en las narraciones populares. La obra fue conocida por el antropólogo Claude Levi-Strauss y le sirvió para sus investigaciones y conclusiones en torno a los estudios sobre los atributos compartidos tantos por civilizados como por salvajes.

No hay, pues, una manera correcta de contar la historia de Cenicienta, ni de tratar a los personajes, ni de plantear las situaciones. Se trata de una forma abierta sujeta a modificaciones. En el caso de Perrault, su cuento es una historia con moraleja en torno a los opuestos entre opresión y liberación. De esa idea partió Prokofiev durante la Segunda Guerra. Los acontecimientos militares adversos al pueblo ruso lo forzaron a detenerse para componer su extensa ópera Guerra y paz, sobre la novela de Tolstoi. En su momento, los invasores nazis se proponían no solo conquistar a la Unión Soviética sino exterminar a todos sus habitantes como lo sugería el programa iniciado en Polonia, al igual que el emprendido contra los gitanos, judíos, testigos de Jehová y personas con dificultades intelectuales o de comportamiento. Pero el frente ruso frenó a los nazis, no solo gracias a un invierno extremo, sino a la feroz resistencia, con millones de muertos, del pueblo ruso y el ejército soviético. Para 1944 los nazis comenzaron a retirarse y el ejército ruso acumuló victorias.

En ese ambiente de alivio, duelo, regocijo y celebración resultaba ideal escenificar un cuento ampliamente conocido que representara, de manera sencilla en su tratamiento argumental y en el carácter de los personajes, lo insoportable de la opresión, la justicia de rebelarse contra ella y la recompensa, para quien tiene de su lado la fortaleza moral. La obra que Prokofiev inició en 1940 quedó terminada en 1944.

La Cenicienta de Prokofiev se estrenó en noviembre de 1945 en el Teatro Bolshoi de Moscú con coreografía de Rostislav Zakharov sobre libreto de Nicolai Volkov. Prokofiev murió en 1953 al tiempo que su temible opresor Joseph Stalin, cabeza suprema del totalitarismo soviético. Pero el coreógrafo Zakharov le sobrevivió y refinó la Cenicienta hasta llegar a la versión definitiva. En Londres, no obstante, se estrenó el ballet con la música de Prokofiev en 1948 y contenía alteraciones al libreto. Las hermanastras fueron convertidas en personajes cómicos y ridículos, la madrastra desapareció y en cambió quedó un padre débil de carácter. Los cambios en Cenicienta continúan, como en la propuesta de Jean-Christophe Maillot para el Ballet de Monte Carlo, que data de 1999. Y llegan incluso hasta la música. Maillot altera el orden en la sucesión de la obra de Prokofiev e incluye un fragmento de Teniente Kijé, que el compositor escribió dos decenios antes de Cenicienta para una película. La cinta se burla de la nobleza rusa y retrata el horror de no satisfacer a los superiores, dominante en ese país durante la monarquía. Curiosa paradoja, pues Prokofiev compuso Kijé pensando en satisfacer a sus superiores, ya que hacía poco había retornado a la Unión Soviética tras años de vivir expatriado.

En la versión de Maillot, la madre muerta de Cenicienta regresa como hada protectora de la huérfana. El padre se ha casado de nuevo y está sometido bajo el erotismo manipulador de su esposa, madrastra de Cenicienta y madre de las dos hermanastras, personajes dotados de gran erotismo, seductoras y cómicas. Estas tres mujeres antagonistas de Cenicienta son ambiguas en un buen sentido, puesto que no resultan radicalmente perversas. Maillot no recurre a la zapatilla de cristal como objeto en manos del Príncipe para encontrar el pie que lo calce. Cenicienta, está descalza. Sus pies cubiertos en polvo de oro son una parábola de lo que Maillot considera esencial para la danza. La madre retorna para asistir a los dos personajes débiles y sometidos. El padre y Cenicienta quien requiere ayuda para encontrar el amor y un amante. El final lo confirma y el amor triunfa. El padre terminará solo, pero la moraleja del cuento se preserva cuando los oprimidos se liberan justamente porque el amor los libera.

 

Sinopsis

 

Prólogo
La solitaria Cenicienta recuerda el amor y la alegría familiar perdidas de cuando su madre vivía con su padre. O bien es un ensueño o se trata de una presencia real que permanece para el padre y su hija.

Acto I
Escena 1
Casa de Cenicienta
Cenicienta sostiene el vestido que usó su madre para el último baile al que asistió. Su padre no es el mismo, su nueva familia ha transformado la persona que era. Vive entre proteger a su hija y someterse a su nueva esposa. Cenicienta, de cara al maltrato de su Madrastra y las Hermanas, descubre la violencia de la lucha por el poder, el rechazo, la mala voluntad y la tiranía. Una curiosa mensajera llega para poner término a las disputas de las Hermanas. Trae la invitación del Príncipe para el baile en palacio. Los Superintendentes de Placer, expertos en belleza, se disponen a actuar.

Escena 2
Casa de Cenicienta
Los Superintendente de Placer son los dispensadores de la fiesta. Traen los vestidos para el baile expuestos en cuatro maniquíes, combinación de humanos con figuras mecánicas y disfraces, lo que provoca la impresión de un desfile de modas. Las Hermanas y la Madrastra se esmeran con sus rostros. En su avariciosa impaciencia se apresuran a tirar de los vestidos, toman sólo mitades y se observan, extasiadas, en grandes espejos que las distorsionan. Cenicienta se percata de la invitación, pero su nueva familia le hace la burla y la envía de vuelta a su plato de lentejas. Las Hermanas y la Madrastra parten satisfechas hacia el baile.

Escena 3
Entrada del Príncipe Encantador
El encantador y joven Príncipe hace su aparición en compañía de sus Amigos. Es un adolescente bendecido por la fortuna, con escasa madurez, decepcionado por no encontrar aquello que tanta falta le hace. Un personaje conmovedor quien trata de darle significado a su vida a través de placeres insignificantes que lo decepcionan apenas se agotan. Los Superintendentes de Placer se ocupan en los preparativos.

Escena 4
La historia dentro de la historia
El Hada aparta a la joven de la ropa sucia y el plato de lentejas y le cuenta la historia de Cenicienta. Los cuatro Maniquíes y los dos Superintendentes de Placer ejecutan para entretenimiento de la muchacha una Cenicienta grotesca y de caricatura. El Hada pone a la joven el vestido que la Madre vistió para su último baile. Luego ejecuta la transformación. Del plato de lentejas el pie de la muchacha recibe un baño de lentejuelas, imagen mágica que viene con una advertencia del Hada: debes mantener tu sencillez. Las lentejuelas son frágiles, volátiles y perderán sus encantadoras propiedades si Cenicienta olvida su cualidad esencial.

Escena 5
Visión del baile
El Hada prepara a Cenicienta para su ingreso al mundo. Le permite una mirada hacia el horizonte en pos del que deberá andar. En el trasfondo, la muchacha percibe la escena del baile sin que pueda saber si todo es realidad o ensueño.

 

Acto II
Escena 6
El baile
Llegan los Superintendentes de Placer al baile seguidos por el Hada, luego vienen las dos Hermanas y la Madrastra. El Príncipe hace su ingreso junto con sus Amigos. Se sienta en su trono y mira el desfile de cortesanas sin mostrar mayor interés. No encuentra lo que busca. La Madrastra y sus hijas intentan seducirlo sin éxito. Alguien anuncia al Príncipe la llegada de una persona extraña. Fascinado, con temor, el Príncipe parece percatarse de que está a punto de recibir un mensaje. El padre también parece inquieto. Le parece, sin creerlo del todo, reconocer en el Hada a su primera esposa. Busca a una y otra yendo entre el recuerdo y la realidad. El Hada venda los ojos del Príncipe. Entra Cenicienta. Sus pies caminan por si mismos hacia el salón, descalzos y recubiertos. Tras recobrar la vista, el fascinado Príncipe se arrodilla frente a ellos y con humildad descubre el amor. El pas de deux de la joven pareja encaja con el de Madre y Padre, unidos en esta creciente de amor, danza redentora, de reconciliación para el Padre quien parece, al fin, encontrar sosiego. Cenicienta y el Príncipe continúan, solos, su danza.

Escena 7
Medianoche
Cenicienta comienza a solazarse en los espejos de los cortesanos. La embriaga el ambiente alocado con sus códigos de seducción. Se apropia de sus emblemas. Llega el momento de que el Hada lleve a Cenicienta de regreso al buen camino. En lo alto de la escalinata por la que huye, su pie descalzo aparece iluminado. Es el único rastro de su presencia allí y la invitación a reencontrarla.

 

Acto III
Escena 8
Los viajes del Príncipe Encantador
Los Superintendentes de Placer dibujan la imagen del pie que se busca. Provistos del boceto, el Príncipe y sus Amigos viajan sin rumbo en busca de la hermosa joven desconocida. El Príncipe descubre el país extraño de Exótica. A pesar de la tentación, aún no reconoce el pie que busca. Enseguida, el Hada lo guía hacia Cenicienta: es en su interior donde la hallará.

Escena 9
Casa de Cenicienta
Las Hermanas se alistan a seducir al Príncipe, pero los pies que descubre bajo los vendajes están amoratados y lastimados. El pie de Cenicienta se revela en su pureza. El Príncipe la reconoce de inmediato.

Escena 10
Epílogo
Mientras rechaza a su segunda esposa, el Padre baila con la Madre/Hada. Bailan al compás de su amor y el la acompaña hasta su último aliento, cuando la muerte elimina todo remordimiento.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org