Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Orquesta Filarmónica de Bogotá y Gustavo Dudamel: Concierto binacional

 

 

 

Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Venezuela
Orquesta Filarmónica de Bogotá, Colombia

Director: Gustavo Dudamel, Venezuela

Solista: Sergio tempo, piano, Venezuela / Argentina

Coro de la Ópera de Colombia

Coro Filarmónico Juvenil

Sociedad Coral Santa Cecilia

 

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Lunes 6 de julio de 2015, 20:00

 

 

Ludwig van Beethoven (Alemania, 1770 – Austria, 1827)

Obertura Egmont, Op. 84 (1809 – 10)

Fantasía Coral, Op. 80 (1808)

 

Gustavo Dudamel (Venezuela, 1981)

Suite El Libertador

  1. ¿Quién puede detener la lluvia?
  2. El 25 de septiembre de 1828
  3. Regreso a Venezuela
  4. María Teresa
  5. París
  6. Fanny du Villars
  7. La caída de la república
  8. Destierro a Cartagena
  9. Esto no es una frontera, esto es un río
  10. Jamaica
  11. Angostura
  12. El paso de los Andes
  13. Ellos están con nosotros
  14. Boyacá
  15. Muere El Mariscal
  16. Manuela
  17. El último viaje

 

Beethoven compuso la música incidental para la pieza teatral Egmont de Johann Wolfgang von Goethe por invitación del Burgtheater, el teatro de la corte. Fue allí en donde se llevó a cabo el estreno vienés de la obra que su autor había escrito en 1778. Para el acompañamiento del drama teatral, Beethoven escribió en 1809 una obertura y algunos fragmentos que resaltaron temas muy cercanos a los afectos del compositor. Las ideas sobre lealtad, nobleza, fidelidad, libertad, honor y amor resultaban centrales para tanto para el escritor como para el músico.

Desde el inicio la obertura apunta hacia su conclusión, que a su vez le confiere una sensación de realización al punto de partida. El empleo de las cuerdas como una masa sonora, especialmente en los registros superiores y el hábil papel de los cornos, son algunos de los puntos sobresalientes. Esta pieza de la época que los biógrafos denominan el período heroico de Beethoven sirvió como modelo para los compositores románticos de la generación posterior.

Mozart compuso en 1775 su Misericordia Domini, K 222. Esa obra contiene en tres momentos una melodía que Beethoven empleó primero en 1794 – 95 como parte de la segunda de las canciones de su obra WoO 118 Seufzer eines Ungeliebten – Gegenlieb (Suspiro del mal amado – Amor correspondido), luego usó la melodía en su Fantasía Coral y, dieciséis años después, volvió a aplicarla en su forma más conocida y elaborada en el movimiento final de la Novena Sinfonía.

El estreno de la Fantasía se presentó en el Burgtheater. En ella se ejecutaron la Quinta y Sexta sinfonías, el Concierto No. 4 para piano y orquesta y fragmentos de la Misa en do mayor. Para el cierre, el compositor encargó la escritura de un poema y compuso la Fantasía Coral que reúne todos los elementos de interpretación empleados a lo largo de su programa de estreno. Así, la Fantasía inicia con un solo de piano que Beethoven improvisó al teclado, continúa la orquesta que intervino en las sinfonías y el concierto y concluye con el coro que ejecutó la Misa.

La obra tiene dos movimientos que se suceden sin pausa. Inicia con un solo del piano relativamente extenso aunque bien balanceado con el conjunto de la pieza, especialmente si se considera que la obra es breve, compacta y apunta hacia un progresivo despliegue de energía. Los tiempos van haciéndose más intensos, la masa instrumental crece permanentemente y el piano se aúna con la orquesta. La intervención vocal, reservada para el gran final, asciende en despliegue de manera similar.

 

Fantasía Coral

Christopher Kuffner, autor

 

Schmeichelnd hold und lieblich klingen

unsers Lebens Harmonien,

und dem Schönheitssinn entschwingen

Blumen sich, die ewig blühn.

 

Fried’ und Freude gleiten freundlich

wie der Wellen Wechselspiel

was sich drängte rauh und feindlich

ordnet sich zu Hochgefühl.

 

Wenn der Töne Zauber walten

und des Wortes Weihe spricht,

muss sich Herrliches gestalten,

Nacht und Stürme werden Licht.

 

Äuss’re Ruhe, inn’re Wonne

herrschen für den Glücklichen.

doch der Künste Frülingssonne

lässt aus den beiden Licht entsteh´n.

 

Grosses, das ins Herz gedrungen,

blüht dann neu und schön empor,

hat ein Geist sich aufgeschwungen,

hallt ihm stets ein Geisterchor.

 

Nehm denn hin, ihr schönen Seelen,

froh die Gaben schöner Kunst,

wenn sich Lieb’und Kraft vermählen

lohnt dem Menschen Göttergunst.

Galante, bello y precioso es el sonido

de la armonía en nuestra vida,

y el sentido de la belleza genera

flores que florecerán eternamente.

 

Paz y alegría flotan amablemente

como el movimiento de las olas,

que se precipitan brutales y fogosas

como transformadas con gran excitación.

 

Cuando el sonido mágico predomina

y las palabras producen devoción,

las maravillas deben tomar forma,

la noche y la tempestad se vuelven luz.

 

Sin inquietudes, en la cúspide,

son felices los gobernantes humanos.

Pero el sol primaveral

nos da su luz desde el nacimiento.

 

Fuertemente inculcada en el corazón,

se precipita de nuevo la belleza.

Cuando el espíritu late con fuerza,

un coro de espíritus resuena eternamente.

 

Así pues, amados espíritus,

aceptad alegres el don de la belleza.

Cuando el amor y la fuerza fueron unidos,

el regalo al hombre fue la gracia divina.

 

 

Gustavo Dudamel acogió la invitación del director de cine Alberto Arvelo para asesorarlo en la música de su película sobre Bolívar. De allí pasó a componerla, la revisó para adaptarla al ritmo e intensidad de la película y la grabó con la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar y la participación de los Niños Cantores de Venezuela. El público vio el estreno venezolano en julio de 2014 y el lanzamiento de un CD para el sello Deutsche Gramophon con la Suite El Libertador, que recibió mínimos ajustes para hacerla ejecutable como pieza de concierto.

Dudamel describe algunas instancias de la música para la película recordando que comenzó por una “elección consciente en basar el motivo principal de Bolívar en una progresión similar a la famosa Fanfarria para el hombre común de Aaron Copland, porque quería reflejar el personaje de Bolívar primero como un hombre – un hombre común – y no de inmediato como un héroe”. Y anota que la composición fue un proceso con transformaciones en la aproximación a la instrumentación.

Gustavo Dudamel explica que ” dos motivos musicales se establecen desde el principio, tanto en la película como en mi Suite, con las cuerdas ascendiendo con contra-melodías líricas y la percusión haciendo acentos marciales. Es un enfoque minimalista, muy sutil, que permite que las imágenes cuenten la historia mientras se escuchan acordes sostenidos y notas largas, por lo general en los registros más bajos, para construir tensión. Las pequeñas variaciones en la armonía, el ritmo o la orquestación reflejan el desarrollo emocional”.

Para las escenas de acción, dice Dudamel que “en lugar de escribir para la percusión y los bronces, el sonido de un coro de niños genera este aspecto expresivo de la guerra: la guerra no sólo como matanza, sino como una lucha por la esperanza – que era la misión de Bolívar”. La suite se ejecuta sin interrupción entre sus números.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org