OFB, Baldur Brönnimann y Luis Martín Niño: obras de Bernstein y Dvořák

 

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá

 

Director: Baldur Brönnimann, Suiza

Solista: Luis Martín Niño, violín, Colombia

 

Viernes 11 de mayo de 2018, Auditorio Mario Laserna
Sábado 12 de mayo de 2018, Auditorio León de Greiff

 

Programa

 

Leonard Bernstein (Estados Unidos, 1918-1990)
Serenata para violín, cuerdas y percusión, según El simposio (1954) ¿?
I. Fedro; Pausanias (Lento; Allegro marcato)
II. Aristófanes (Allegretto)
III. Erixímaco (Presto)
IV. Agatón (Adagio)
V. Sócrates; Alcibíades (Molto tenuto; Allegro molto vivace)

 

Intermedio

 

Antonin Dvořák (Chequia, 1841-1904)
Danzas eslavas Op. 72 (1886-87)
1. Odzemek. Vivace
2. Dumka. Allegretto grazioso
3. Skocná. Allegro
4. Dumka. Allegretto grazioso
5. Spacírka. Poco Adagio—Vivace
6. Polonaise. Moderato, quasi menuetto
7. Kolo. Allegro vivace
8. Sousedská. Grazioso e lento, ma non troppo, quasi tempo di Valse

 

 

Notas al programa

 

Es importante una carta de Felicia Cohn Montealegre a su esposo Leonard Bernstein con referencia al concierto de violín que él terminó en 1954. Apareció titulado como Serenata, lo que aliviaba la responsabilidad del compositor frente a los sobresalientes conciertos para violín de los grandes maestros y marcaba a la obra con la ligereza a la que Bernstein deseaba verse asociado. El título dice que la Serenata sigue El simposio de Platón, diálogo también llamado El banquete, texto clásico sobre el amor. Bernstein identificó cada movimiento con personajes masculinos del Simposio y dejó unos párrafos sintéticos con los que estableció la relación entre su música y situaciones del diálogo. Quienes conocieron bien a Bernstein señalan que la música antecedió al título, que la intención fue siempre la de escribir un concierto para violín y que la identificación con El simposio es menos exacta de lo que Bernstein quiso hacer creer.

Bernstein y Felicia se conocieron en 1946 y entablaron una relación que se rompió un año después. Felicia supo de la homosexualidad de Bernstein, que él no se molestaba en ocultar, y ella ni se incomodó por eso ni disminuyó su amor. Fue ella quien reinició la relación bajo el supuesto de que el compositor mantuviera en público una respetable apariencia heterosexual y que hiciera su vida homosexual sin escandalizar. En su círculo social y artístico, Bernstein se relacionó con otros homosexuales que eran figuras públicas y solo el público más distante vio a Bernstein como una figura popular y no necesitó indagar más allá. Felicia y Bernstein se casaron en septiembre de 1951 y para fines del año o inicios de 1952 Felicia le escribió una carta en la que le dice, sin asomo de mojigatería, algunas cosas que son directas y claras: que su matrimonio no les impone cadena perpetua; que es homosexual y eso no va a cambiar y que debería considerar, para tranquilidad de ambos, llevar una doble vida; lo acepta como es sin llamarse al martirio ni al sacrificio.

Así que Bernstein fue un atractivo homosexual casado con una mujer preciosa con quien tuvo hijos. Estuvo cerca de su familia hasta el momento de partir a París para convivir con su enamorado. Pero regresó al lado de Felicia cuando la diagnosticaron con un cáncer de pulmón consecuente con lo mucho que fumaba. Bernstein la acompañó hasta su muerte y manifestó su culpa por la enfermedad de Felicia que un conocido de la pareja (Howard Rosenman), enamorado de Bernstein, sugirió como el posible resultado del máximo sacrificio de ella por retener al compositor a su lado.

En El simposio se discurre acerca del amor homosexual en la Atenas de entre 416 y 384 AEC, años entre la ocurrencia del supuesto banquete y la redacción del texto. Discuten las relaciones homoeróticas no solo toleradas sino estimuladas por la sociedad en la que se movían los personajes. Y al final, gracias a la intervención de Diotima, nombre femenino que Bernstein no empleó en los movimientos, Sócrates logra desviar la atención desde el amor homosexual hacia la idea de Amor, búsqueda de la Belleza que vale, en algún sentido, por identidad con la Verdad.

Johannes Brahms presentó a Dvořák a su impresor alemán Simrock. De allí resultó el encargo para que compusiera unas piezas para dúo de piano que fueran atractivas y un éxito de ventas. Dvořák envió a Simrock sus Danzas eslavas Op. 46 y recibió un pago modesto. El editor vendió tan bien las piezas que le solicitó una versión orquestal pronta contra un mejor pago. Varios años más tarde, Simrock negociaba con Dvořák el precio por su Sinfonía No. 7 por un monto que el compositor consideraba inferior a su estatura internacional y su renombre como sinfonista. En esto le hizo un nuevo pedido de danzas de piano a dúo. Dvořák vaciló, estaba molesto con los honorarios del editor y se excusó diciendo que las nuevas piezas no repetirían el logro anterior luego de tantos años. Pero fue tal la insistencia que en un par de meses produjo un nuevo grupo de seis piezas. Esta vez, tomó los patrones rítmicos de algunas danzas populares y sobre ellos elaboró unas rápidas y eficaces líneas melódicas de su propia cosecha. Las danzas de partida se practican en extensos territorios con tradición musical eslava desde Polonia a Ucrania, pasando por la Bohemia natal de Dvořák y abarcan desde Bulgaria a Turquía y quizás territorios tan lejos como Armenia y Kurdistán. Las nuevas piezas fueron igualmente exitosas y enseguida llegó el encargo de la versión para orquesta. El renombre de Dvořák obligó a Simrock a pagar el precio correcto y a tratar al compositor con un respeto que antes no asomaba.

 

Enseguida, una breve indicación sobre cada danza:

Odzemek. De Eslovaquia, es una danza masculina improvisatoria y rápida.

Dumka. De posible origen ucraniano es lenta como correspondería a un lamento. Refuerza la melancolía por cambios súbitos a secciones de mayor alegría.

Skocná. Una danza eslava en tiempo de 2/4.

Spacírka. Danza de Bohemia. Su denominación es una adaptación local de la palabra alemana para caminata. De ahí que comience y contenga fragmentos que se danzan al paso. Es en ritmo de 2/4.

Polonaise. En ritmo de ¾ es de origen polaco y proviene del campo. Se refinó al punto que apenas recuerda que es una danza y se convirtió en favorita de los compositores de tradición académica.

Kolo. Una de las múltiples denominaciones de una danza que es fundamento de educación nacional en Serbia. Se danza igualmente en Bosnia, Bulgaria, Macedonia y con adaptaciones locales, en Turquía, Palestina, Israel, Líbano y muchos de sus países vecinos. Es una danza grupal en la que se forman grandes círculos, círculos envolventes, círculos concéntricos en giros contrarios o semicírculos. Tiene una coreografía simple y repetitiva, es muy atlética y exige rigidez de la cintura para arriba.

Sousedská. Danza de parejas que se baila en Bohemia en compás de ¾. Es relajada y tiene un pulso lento. Los movimientos suelen ser circulares y ondulatorios.

 

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud de la Orquesta Filarmónica de Bogotá a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.filarmonicabogota.gov.co