OFB, Leonardo Marulanda, Coro Filarmónico Juvenil, Coro de la ópera de Colombia y compañía de danza L´Explose: Carmina Burana

 

Orquesta Filarmónica de Bogotá

 

Director: Leonardo Marulanda, Colombia

Coro Filarmónico Infantil
Coro de la Ópera de Colombia
Compañía de danza L’Explose

 

Jueves 21, viernes 22, sábado 23 y domingo 24 de junio de 2018, Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

 

Programa

 

Carl Orff (Alemania, 1895-1982)
Carmina Burana, (canciones profanas) cantata escénica (1935-6)

 

I – Fotuna Imperatrix Mundi (Fortuna emperatriz del mundo)
1. O Fortuna (¡Oh! Fortuna) coro
2. Fortuna plango vulnera (Lloro por las heridas de Fortuna) coro
I – Primo vere (En primavera)
3. Veris leta facies (Alegre rostro de primavera) Coro pequeño
4. Omnia Sol temperat (El sol todo suaviza) Barítono
5. Ecce gratum (Llegó la agradable primavera) coro

 

II – Uf dem anger (En la pradera)
6. Tanz (Danza) instrumental
7. Floret silva (Florece el bosque) coro
8. Chramer, gip die varwe mir (Dependiente, dame maquillaje) Coros pequeño y grande
9. a) Reie (ronda) instrumental
b) Swaz hie gat umbe (Aquellos que danzan en ronda) Coro
c) Chume, chum, geselle min (Ven, ven dulce compañía) Coro pequeño
d) Swaz hie gat umbe (repetición) Coro

10.Were diu werlt alle min (Si el mundo fuera mío) Coro

 

II – In Taberna (En la taberna)
11. Estuans interius (Ardiendo por dentro) barítono
12. Olim lacus colueram (Antes adornaba los lagos) tenor, coro masculino
13. Ego sum abbas Cucaniensis (Soy el abad de Cucaña) barítono, coro masculino
14. In taberna quando sumus (Cuando estamos en la taberna) coro masculino

 

III – Cour d’amours (Corte de amor)
15. Amor volat undique (Amor vuela por todas partes) soprano, coro infantil
16. Dies, nox et omnia (Día, noche y todo) barítono
17. Stetit puella (Había una chica de pie) soprano
18. Circa mea pectora (Sale de mi pecho) barítono, coro
19. Si puer cum puellula (Si un chico con una chica) tenores, baritone, basses
20. Veni, veni, venias (Ven, ven por favor ven) coro doble
21. In trutina(En la balanza) soprano
22. Tempus est iocundum (Es un tiempo alegre) soprano, barítono, coro infantil
23. Dulcissime (Amadísimo) soprano

 

IV – Blanziflor et Helena (Blancaflor y Helena)
24. Ave formosissima (Saludo, hermosísima) coro

 

V – Fortuna Imperatrix Mundi (Fortuna, emperatriz del mundo)
25. O Fortuna (¡Oh! Fortuna) (repetición) coro

 

 

Notas al programa

 

El teatro musical de Orff encuentra en su Carmina Burana, a la vez, su más reconocido logro y el punto de partida para todas sus grandes obras. En 1933 Hitler llegó al poder en Alemania y en 1935 se aprobaron las llamadas Leyes de Nuremberg que establecieron un sistema racionalista de persecución del que se valieron los nazis para seleccionar, desplazar y asesinar a millones de civiles. En 1936 Orff concluyó la composición de Carmina Burana y el estrenó ocurrió en 1937. Para entonces la gente del común tenía que huir. Los nazis persiguieron grupos como los judíos y el pueblo romaní o gitano, los Testigos de Jehová, los polacos a quienes consideraron una nación inferior, los comunistas, personas con discapacidades físicas o mentales de todas las edades, homosexuales, intelectuales como Thomas Mann y sus hijos, filósofos como Hanna Arendt, Theodor W. Adorno y Walter Benjamin, científicos como Sigmund Freud o Alfred Einstein, el poeta Bertolt Brecht y músicos como Kurt Weill y Arnold Schoenberg. Mientras tanto, personas como el director de orquesta Herbert von Karajan, miembro del partido Nazi, y el compositor y pedagogo musical Orff se acomodaban a la situación en beneficio de sus carreras profesionales o incluso encontraban ventajas allí donde otros sólo eran amenazados o caían.

 

El comisario para la música en Alemania era el musicólogo Herbert Gerigk quien había levantado un diccionario con los nombres de judíos, personas con ancestros judíos y simpatizantes de los judíos o a quienes se denominaba como judeo-bolcheviques. Gerigk comentó con severidad el Carmina Burana de Orff en términos que, paradójicamente, revelan tanto los motivos evidentes de su popularidad y éxito, como los rasgos sobresalientes de la obra y del estilo de Orff: «sufre de un equivocado retorno a elementos primitivos de instrumentación, tiene un énfasis foráneo aplicado a fórmulas rítmicas y los tonos soterrados de jazz del ruidoso de Stravinsky».

 

Gerigk retrasó la aceptación de la obra, pero no pudo impedir que se convirtiera en favorita. En el manejo coral, Orff simplificó elementos de compositores como Bach en sus oratorios o Monteverdi y otros del barroco. Tomó del teatro clásico griego el empleo del coro, la construcción de una tragedia musical de arquetipos, antes que una encarnación en personajes, y una visualización de asuntos metafísicos como, por ejemplo, la sumisión de los humanos a los designios de la fortuna. Su fuente más inmediata y directa se halla en un par de obras de Stravinsky en las que el coro ocupa un lugar primordial: Oedipus Rex y Las bodas.

 

Donde Stravinsky complejizó el ritmo, Orff empleó potentes fuerzas instrumentales y corales con múltiples y poderosas partes para la percusión y una instrumentación que funciona en bloques, precisamente para acentuar unas marcas rítmicas que son previsibles y, en consecuencia, atrapan la atención de los oyentes quienes pueden seguir el pulso como si proviniera de ellos.

 

Estos procedimientos, aplicados a los Carmina Burana, produjeron una obra convincente. Para ello se valió de unos textos que aparecieron en 1803 en el monasterio benedictino de Benediktbeuren en Baviera, en el margen sur de Alemania. El lugar fue un importante sitio de paso y alojamiento para transeúntes y estudiantes en la Edad Media provenientes de Alemania, Francia, Italia y otros lugares. Las canciones (Carmina en latín) de esos críticos de su mundo, parranderos, bebedores y directos a la hora de tratar todo tipo de sensualidad o de señalar los vicios de los poderosos, se recogieron en la localidad de Beuern (Burana, por su gentilico en latín), desde el siglo XI hasta el XII. Los poemas publicados como Carmina Burana contienen textos en latín medieval, en alto alemán medio en sus formas dialectales que desaparecieron para dar origen al alemán, y en francés. Orff hizo una sagaz selección de los poemas y los ordenó para que operen múltiples coros, solistas vocales y una orquesta enorme con piano y percusión. Los elementos rítmicos de los textos están realzados en la música que los acentúa y exagera. Para crear el espectáculo, empleó una escenografía arcaizante pero atemporal con una acción escénica a cargo de actores-bailarines tan directa como los textos y la música.

 

La obra comienza y termina con una invocación a la Fortuna, que con su rueda domina el mundo. Nadie escapa a la inmediata seducción de este inicio. Todos se van con el coro y los toques de bombo y platillos resonando. Es decir, que la pieza se queda en la memoria.

 

Alfred Rosenberg fue el director del partido Nazi designado por Hitler mientras estuvo encarcelado por sedición. En 1929 fundó la Liga militante por la cultura alemana, en 1930 fue diputado del Reichstag y escribió el libro El mito del siglo XX que recibió el Premio estatal de arte y ciencia con fundamento en que «de manera científica y penetrante sentó las bases para la comprensión de la ideología del Nacional Socialismo». Rosenberg creo una oficina que, a lo largo de la guerra, dotó de contenido las aspiraciones megalomaníacas de Hitler. La Oficina Rosenberg empleó al musicólogo Gerigk para que dirigiera las tareas de ubicación y exclusión de los músicos judíos y sus relacionados, muchos de quienes perecieron en campos de trabajo y exterminio gracias a este señalamiento. De esto se valieron los nazis para ubicar los bienes de estas víctimas y apropiárselos, labor que extendió Rosenberg a todas las zonas de Europa que estuvieron bajo su autoridad. Tras la derrota Nazi, Rosenberg fue juzgado y condenado a muerte. Gerigk, en cambio, a pesar de haber sido miembro del partido, de las SA, las brigadas de choque conocidas como camisas pardas y de las SS, el grupo paramilitar del partido, no fue sometido a juicio. Gerigk se desempeñó como crítico musical para un periódico de Dortmund y consiguió que su Diccionario de música de 1954 lo publicara la misma editorial de sus obras durante el nazismo. Murió en Alemania en 1996, a los noventa y un años. Orff fue uno de quienes escribió en contra de su aspiración a un cargo académico, lo que contribuyó a prevenir que lo obtuviera. ¿Una retaliación por la dureza de 1937? Orff no fue miembro del partido, sin embargo, en 1946 inventó una falsa proximidad con la resistencia alemana antifascista del grupo muniqués La rosa blanca, cuyos miembros fueron ejecutados.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud de la Orquesta Filarmónica de Bogotá a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.filarmonicabogota.gov.co