La más famosa de las sinfonías de Tchaikovsky es la Sexta, estrenada en San Petersburgo bajo la dirección del compositor quien murió por complicaciones de cólera una semana después.

Los motivos para la composición de estas dos obras y su ejecución representan extremos opuestos. El cuarteto de Arensky en una elegía, pieza fúnebre a la memoria de su amigo y venerada figura, Tchaikovsky, fallecido en 1893.